martes, 7 de enero de 2014

Batman/Superman de Karl Kesel


 
 
Posiblemente los dos personajes de cómic mas reconocibles en el mundo, Superman y Batman han cruzado sus caminos un buen puñado de veces, como dicta el habitar un universo compartido y los dividendos que generan al unísono.
Primero fue el verbo, la voz de dios, Kal El, Superman, y como consecuencia de su éxito llegó el hombre murciélago que, de forma un tanto inexplicable, lejos de emular a la creación de Siegel y Shuster, se fue al extremo opuesto en las manos de Bob Kane que demostró sabiamente como la creatividad es el único modo de alcanzar el éxito sin tener que repetir formulas. Batman era gris y oscuro, llevaba una mascara, no tenia poderes y tenia mucho, muchísimo dinero, nada que ver con el hijo de granjero y sus psicodélicas mallas capaz de caminar por el cielo. Fran Kafka vs Walt Whitman, Murnau vs Capra, Freud vs Jung, caminos opuestos que irremediablemente van de la mano. Superman y Batman representan los opuestos, la luz y la oscuridad y esto es tan cliché que aburre volver a hablar de ello. Algunos autores han querido huir de tópicos y han intentado indagar en las similitudes entre ambos personajes dando por supuestas sus diferencias, porque existen rasgos comunes, tantos que quizás debiéramos pensar que no son tan distintos, que quizás somos nosotros quienes nos empeñamos en separarlos.
Rememoremos al primer superman, violento y agresivo, capaz de amenazar de muerte con tono sincero, perseguido por la policía y amedrentando villanos y políticos corruptos por igual, y detengamos ahora en el primer Batman, sereno y equilibrado Sherlock Holmes que colabora con las autoridades continuamente. En muchos aspectos ambos se parecían mucho a lo que hoy consideramos sus contrapartidas, pero mas allá de un origen que borra las enormes diferencias que les atribuimos no debemos olvidar que la guerra mundial terminó por unificarlos del todo bajo un mismo aura de héroe modélico, defensores de la propiedad privada frente a los malvados, algo que el cómic code solo se encargo de hacer oficial y oficioso durante décadas. Solo tras El caballero oscuro de Miller y su posterior Año uno Batman se instalaría en las sombras mientras que Superman continuaría siendo lo que encarnaba a estas alturas de modo ejemplar y universalizado. El héroe solar y socialmente (inconscientemente) aceptado. Es en este contexto donde se situa el World´s Finest de Karl Kesel y Dave Taylor.

La serie Batman/Superman parte de una sugerente idea, observar la evolución de la relación de ambos personajes durante los primeros años de su existencia post Crisis en tierras infinitas, esto es después de la reinterpretación que Miller y Byrne hiciesen de ambos héroes respectivamente. Se trata de un punto de partida interesante que remarcaría la importancia de algunos sucesos en sus respectivas vidas y nos ofrecería la visión retrospectiva de un cambio en su relación derivado de un cambio en ellos mismos ante acontecimientos tan importantes como la muerte de Robín, la relación entre Lois y Clark o la propia muerte de Superman a manos de Doomsday…. Todo ello aderezado por el inteligente movimiento de Kesel al tratar de unificar todas las historias en una sola situando sus encuentros bajo el pretexto de un acuerdo mutuo, provocado por razones puramente sentimentales. Cada año Batman y Superman se buscan el uno al otro y en esa fecha determinada trabajan juntos, rememorando el día en que perdieron a un amigo común. Simple y tremendamente efectivo.

 
El primer número de la serie nos mostrará este acontecimiento que marcará la relación entre ambos héroes, y es posiblemente lo mejor de todo el conjunto. Partiendo de presentar los mundos tan diferentes a través de dos secuencias paralelas, pronto se propiciara el encuentro y podremos deleitarnos con una dinámica bien construida tanto de los héroes como de todo su mundo de secundarios. Kesel sin embargo comienza a mostrarse en algunos momentos simplón y redundante, insistiendo en poner en boca de sus personajes frases innecesarias e incluso reflexiones que solo vienen a describir lo que los acontecimientos debieran darnos a entender.
Toda esta primera parte resulta interesante no obstante y tanto los encuentros entre Clark Kent y Bruce Wayne como los de sus asombrosas contrapartidas resultan divertidos y esconden una intención concreta que explora alguna faceta de ambos personajes. Sin embargo a medida que el relato avanza el interés decae, Kesel parece agotar inexplicablemente la tensión que los encuentros provoca y construye historias cada vez mas infantiles, planas y tópicas, repletas de personajes secundarios que anulan el protagonismo que debiese caer en explorar la relación imposible entre el héroe de Metrópolis y el caballero oscuro. Por su parte el dibujo sigue exactamente el mismo trazado y Dave Taylor se muestra seguro, original y detallista en los primeros episodios pero decae en sucesivas entregas simplificado sus viñetas en pos de cumplir los plazos de entrega hasta que finalmente cede su puesto a un en absoluto interesante Robert Campanella.

Con los mejores del mundo encontramos una idea brillante trasladada certeramente en una historia con principio y fin que desgraciadamente no mantiene el pulso en todo su recorrido, volviéndose aburrida e intrascendente en su tramo final. Pese a sus buenos momentos como el eficaz comienzo o la melancólica historia de Batman en Smallville demuestra que a veces  las buenas intenciones no lo son todo.
 
 
David Mayo

No hay comentarios:

Publicar un comentario